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LA TOMA

INTERVENCIÓN URBANA
Calle Elice, Chacao. Caracas, Venezuela 
2015

Proyecto │ Incursiones + Jan Vormann
Equipo │ Josymar Rodríguez, María Valentina González, Yanfe Pedroza, Jan Vormann, Stefan Gzyl, Daniela Rodríguez, Andrés Stohlmann, Andrés Peñaloza
Colaboradores │ Ana Segovia, Andrea Castellanos, Arianna Torres, Bárbara González, Carlos Sánchez, David Soto, María Fernanda González, Elizabeth Mata, Geliana Díaz, Jesús Goncalves, Josbel Chacón, Laura Sayan, Patricia Gómez, Valeria Graterol
Fotógrafos │ Luis Manzano, Julio Mesa, Tiago Loureiro
Video │ Edwin Corona
Música y Composición │ Ana Mirabal Mujica / Nuwanliss - Touched.
AliadosGoethe-Institut, Cultura Chacao
Infiltrados │ Ana Pereira, Ana Vargas, Andrés Peñaloza, Andrés Contreras, Béla Kunckel, Daniel Martínez, Daniela Schloeter, Gaelle Smits, Indira Aguilera, Juan Mendoza, Khristian Ceballos, Lino Cáceres, Martin Duno, Nikolai Elneser, Yabeth Bautista, Jonathan Reverón






La Toma fue una intervención realizada en colaboración con el artista alemán Jan Vormann, y que tuvo lugar en un tramo de la Calle Élice del Municipio Chacao, el 13 de noviembre de 2015.

La Toma busca generar escenarios que propicien el intercambio entre desconocidos y mostrar nuevas formas de relacionarnos con el espacio que habitamos en horas en las que no acostumbramos a hacerlo. El tipo de intercambio planteado es el de tiempo por comida: dependiendo de la cantidad de tiempo que una persona permanezca en el lugar, obtendría como recompensa un determinado tipo de alimento o bebida.

Además de la música, el mobiliario y la comida, La Toma contó con la colaboración de valiosos infiltrados que se encargaron de llenar de contenido las conversas de la noche. Una invitación y el reto de aproximarse a extraños y compartirles sus conocimientos sobre ciudad, proyectos, experiencias, fue suficiente para que esos personajes pertenecientes a diferentes disciplinas se animaran a sumarse a las dinámicas de aquella noche.
La intervención contaba con una gran mesa lineal que junto a los puntos de comida y tiempo, y la dinámica de intercambio que los relacionaba, convirtieron durante las horas de su aparición un espacio de transición en uno de estadía.

La Toma es un cambio de planes, es una provocación a detenerse, a permanecer. Es una invitación a formar parte de un escenario colmado de interacciones a la vista y alcance de todos. Son convivencias disfrazadas de intercambios capaces de encender o extender la vida pública en lugares de tránsito, un juego cuya recompensa involucra una inocente espera que mientras se consume, ilustra la Caracas de encuentros a la que nos hemos desacostumbrado.